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Nosotros

H3 es una comunidad colaborativa de profesionales guiada por tres directores: Ariel Fausto, AIA, LEED AP; Juan Fontillas, AIA, LEED AP; y Daria Pizzetta, FAIA. Continúan con el legado del fundador de la firma y renombrado arquitecto teatral, Hugh Hardy, quien estableció el predecesor de H3 en 1962. El talentoso equipo de H3 sigue brindando un enfoque distintivo y exitoso de planificación y diseño, y fomenta un diálogo entre historia, innovación y uso contemporáneo.

Nuestro enfoque en los tipos de edificios públicos se basa en un diseño que responde al contexto. Para honrar el patrimonio cultural de una comunidad, adaptamos nuestra arquitectura a cada proyecto. Las instalaciones de bajo consumo y los profesionales acreditados por LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental) confirman nuestro compromiso con el entorno construido, su paisaje, la sustentabilidad y la renovación. Nuestro reducido tamaño nos permite brindar una atención personalizada a un selecto número de clientes. Mantenemos una relación personalizada con nuestros clientes intencionalmente y alentamos su participación en el proyecto de principio a fin.

En 2017, H3 se convirtió en el estudio independiente de construcción académica, cultural y de artes escénicas de Arquitectonica International Corporation y accedió al beneficio de la presencia global y el liderazgo en diseño de la firma.

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Proceso

Somos más que los restos de una firma anterior que se duerme en los laureles del pasado. Somos una firma joven que emerge innovadora, y gana trabajos nuevos y desafiantes basados ​​en la premisa fundamental de la arquitectura: la colaboración.

Reconocemos que las mejores ideas pueden provenir de cualquier persona, desde el diseñador con más experiencia hasta el aprendiz más nuevo, y fomentamos un entorno en el que todos se sientan cómodos para hablar y presentar una idea. Extendemos esta noción de colaboración a nuestros clientes, consultores y constructores, y adoptamos tecnologías como el modelado de información para la construcción (BIM) que reúnen inherentemente las distintas disciplinas necesarias para diseñar y construir un edificio. Las líneas que separan al arquitecto, el consultor y el contratista se están desdibujando rápidamente, y los arquitectos deben liderar este esfuerzo de colaboración si no quieren quedarse atrás.

Aceptamos que la arquitectura es, ante todo, una industria de servicios. Sin embargo, creemos que el cliente no es el único beneficiario de este servicio. Obviamente, el cliente recibe el beneficio de nuestros esfuerzos y, al final, se deben satisfacer sus necesidades y aspiraciones. Pero el proceso de la arquitectura, la naturaleza del descubrimiento y el espíritu de colaboración también nos benefician como diseñadores, como oficina y como profesión en constante evolución. Abordamos cada proyecto como una oportunidad de descubrimiento.

Si sentimos que el proyecto o el cliente tiene poco o ningún interés en seguirnos en este camino de descubrimiento, solemos dejar de lado el proyecto. No tenemos ningún interés en repetirnos o hacer lo que ya se hizo anteriormente, pero no nos sentimos obligados a reinventar la rueda. Existe un equilibrio entre la valentía de la innovación y la economía de la repetición, y creemos que un proyecto se beneficia mejor si comprendemos la elasticidad entre estas dos fuerzas.

Finalmente, la arquitectura sirve a la comunidad más allá de nuestra profesión. Tenemos la responsabilidad innegable de abordar los problemas de sustentabilidad y convertirnos en los administradores del crecimiento responsable. No porque esté de moda, no porque sea obligatorio, sino porque es lo correcto. También creemos que la arquitectura sirve a la comunidad más allá de la noción básica de vivienda y funcionalidad. Nos enfocamos en proyectos en la esfera pública porque creemos que la creación de lugares construye comunidades. Cuando la arquitectura crea lugares para reunirse, ya sea evocando el espíritu abierto y acogedor de un parque, la naturaleza contemplativa de un museo o la energía unida de un teatro, significa que la disciplina logró su objetivo principal.

Entendemos el potencial de la creación de lugares y cómo estamos al servicio de nuestros clientes, la profesión y la comunidad. No creemos en un estilo del momento ni en desafiar la gravedad. En cambio, buscamos ideas innovadoras que sean desafiantes, pero que estén basadas en su contexto de lugar, tiempo y cultura.